martes, 27 de mayo de 2008

3.-RAMON CASTILLA ABOLIÓ LA ESCLAVITU


Cuando hablamos en el Perú de la abolición de la esclavitud, nos referimos a la superación histórica de una condición servil que se presenta enmarcada dentro de dos características fundamentales: en primer lugar, estamos hablando de una esclavitud formal, es decir, de una esclavitud legalmente admitida y reglamentada por el Derecho; en segundo lugar, esa esclavitud se aplica sobre la población de origen africano.
Es esa esclavitud negra la que fue abolida el 3 de Diciembre de 1854 con la declaración del Presidente Castilla. Sin embargo, aún después de esa abolición, en el Perú se han mantenido formas esclavistas informales casi hasta nuestros días; y la condición servil ha sido aplicada ya no al negro sino al asiático con las llamadas contratas chineras y al indio con los contratos de enganche.

2.-REBELIÓN NEGRA

A fines del siglo XVII y principios del siglo XVIII, se formaron unas rancherías en los alrededores de la ciudad de Lima, como en Huachipa, Carabayllo, Monte Zambrano, etc. Fueron hechas por negros esclavos, que en busca de su libertad, habían preferido huír y rebelarse contra el opresor sistema. Estas rancherías en lo posible, se ubicaban en las zonas menos transitadas, con bosques para ocultarse de sus perseguidores. Alrededor del año 1710, esas rancherías evolucionaron hasta convertirse en palenques. Los palenques, entonces eran asentamientos rurales de negros cimarrones, rebeldes. Finalmente, el 3 de diciembre de 1854, el entonces presidente Ramón Castilla mediante una ley dictada desde Huancayo decretó el fin de la esclavitud y la libertad de los negros

1.-INMIGRACIÓN AFRICANA AL PERÚ


La inmigración de población africana se produjo como consecuencia de la llegada de los españoles. Los primeros africanos llegaron en condición de esclavos y como mano de obra gratuita; se produjo su explotación en actividades en el campo (agricultura) y escencialmente en la costa del Perú.
Estos negros de raza pura provenían de castas o naciones terranovas, sucumas, mandingas, cambundas, carabalíes, cangas, chalas, huachiríes, congos, misangas, etc. Trajeron una cultura propia con creencias mágico–religiosas, mezcla de lo sagrado y lo pagano expresando en sus cantos, bailes, danzas y costumbres.
La primera oleada de negros constituyeron la servidumbre de las casas haciendas en los ingenios azucareros, en el cultivo del algodón, en las construcciones, etc. En este nuevo continente el primer idioma fue el samaracca o expresión congo angoleña, posteriormente el lenguaje papiamento, combinación de habla negra en Jamaica donde predomina. Aparece el cleocle dialecto que resulta de la mezcla de la etnia negra de Haití y la replana del Perú, combinación de varios idiomas africanos mezclados con el español criollo.
En Chincha (al sur de Lima), el africano puro y sus descendientes fueron catequizados por los dominicos y jesuitas; ya como cristianos y bajo la dura realidad de trabajo, mimetizan sus creencias ancestrales y la articularon con los santos católicos, surgiendo así la patrona de los negros: la Virgen del Carmen.

lunes, 26 de mayo de 2008

LA ESCLAVITUD NEGRA EN EL PERÚ



En 1502, llegaron los primeros esclavos negros de África a América. Fueron traídos para reemplazar la mano de obra indígena, que iba disminuyendo ostensiblemente en las colonias españolas. Entre 1492 y 1700, unos tres millones de africanos fueron sacados de sus tierras, de manera violenta, para ser esclavos de los conquistadores en América. Eran traídos en buques especiales, llamados "Ataúdes" o "Tumbeiros". Estos nombres eran expresión de las características de tales expediciones mercantilistas, porque llegaban vivos a América sólo la mitad de los negros que habían salido de África. Venían enmarrocados (amarrados), apiñados en las bodegas de los buques, sin las mínimas condiciones de higiene, sin la adecuada alimentación; en estas condiciones aquellos negros eran presa fácil de enfermedades y epidemias. En América, miles de negros esclavos fueron vendidos a los hacendados y citadinos españoles en los llamados mercados de trata. Para este fin eran exhibidos encadenados apenas arribaban mientras eran denigrantemente subastados]. Los precios variaban de acuerdo al sexo, fortaleza, salud y edad. Una vez adquiridos pasaban a ser patrimonio de su amo, quien disponía de su destino y de su vida. Tenían un valor en dinero y pertenecían a alguien y los alimentaban para utilizarlos en faenas y servicios que el amo creyera conveniente. Si el amo quería deshacerse del esclavo, lo ofertaba en el mercado de trata de esclavos, poniendo un sobreprecio, para recuperar su inversión y sacar algún dividendo.
INMIGRACIÓN AFRICANA AL PERÚ